Cuando el monte llama, solo hay una forma de responder: bien preparado. En la última jornada de la temporada montera en Albacete, no solo se cazó con pasión, sino con precisión gracias a una combinación de equipo que brilla tanto en el campo como en la armería: el rifle Anschütz 1782 Blackline y el visor Nikko Stirling Octa 1-8x24. Un dúo diseñado para quienes entienden que en la caza, la fiabilidad no es una opción, es un requisito.
Anchütz 1782 Blackline: precisión alemana al servicio del cazador
Desde su debut en 2019, el Anschütz 1782 ha dejado claro que llegó para marcar una diferencia. Su acción de cerrojo es suave como mantequilla pero firme como un apretón de manos entre monteros. Este modelo Blackline incorpora componentes tratados con recubrimiento DLC (Carbono tipo diamante), lo que no solo mejora la resistencia al desgaste, sino que también le da ese acabado negro mate que enamora a primera vista.
Características destacadas:
Culata Classic Pro de nogal con carrillera ajustable: ergonómica y elegante.
Rail Picatinny con inclinación de 20 MOA: pensado para visores exigentes y distancias largas.
Diseño robusto y equilibrado, ideal para batidas en terrenos irregulares.
No es solo un rifle, es una herramienta de confianza para cualquier lance inesperado.
Nikko Stirling Octa 1-8x24: visión clara, lances certeros
A la hora de encarar una jornada con tiraderos que oscilan entre los 50 y los 300 metros, necesitas una óptica versátil, rápida y resistente. El Nikko Stirling Octa 1-8x24 cumple con creces. Fabricado en aluminio aeronáutico, este visor resiste golpes, agua y arañazos como si nada, manteniendo siempre su rendimiento óptimo.
Ventajas clave:
Rango 1-8x: ideal tanto para disparos a corta distancia como para media distancia en terreno abierto.
Retícula iluminada 4A: permite adquisición rápida del objetivo incluso con poca luz.
Lentes multirrecubiertas: imágenes claras y brillantes en todo momento.
Perfecto para los que buscan una óptica que se adapte a la dinámica de una montería real, donde cada segundo cuenta y cada disparo puede ser el último del día.
Una jornada de emociones y tecnología aplicada al monte
Durante la montería organizada por Monterías Morcillo, con más de 65 puestos y 20 rehalas en acción, los protagonistas no solo fueron los jabalíes y venados. Lo fueron también el rifle y visor, que permitieron a cazadores como Rubén ajustar su disparo, corregir errores y disfrutar de cada lance con plena confianza. Un fallo inicial no fue el final, sino una oportunidad para mostrar lo que un buen equipo puede hacer.
El resultado: 54 piezas cobradas, incluyendo 23 jabalíes y 31 reses. Pero más allá de los números, quedó una certeza: el campo exige lo mejor. Y el Anschütz 1782 Blackline con Nikko Stirling Octa 1-8x24 está a la altura.
Conclusión: cuando precisión y resistencia se dan la mano
Cada temporada tiene su broche de oro, y en esta ocasión, ha sido una lección sobre cómo el equipamiento correcto convierte cualquier puesto, por difícil que sea, en una oportunidad. Ya sea para un veterano montero o alguien que empieza a escribir su historia en el monte, esta combinación ofrece fiabilidad, precisión y una ventaja técnica clara.
Hasta que octubre nos vuelva a reunir en torno a las ladras y la lumbre, que no falte el recuerdo de una jornada vivida con un equipo a la altura de las emociones.